Los libros que dejamos de leer, ¿a dónde van?

Los libros que dejamos de leer, ¿a dónde van?

Hay un refrán bastante antiguo que dice “la basura de unos, es el tesoro de otros”; y esto se refiere al hecho de que cuando desechamos lo que ya no es útil, también es una de las premisas principales de las personas que están a favor del reciclaje de materiales inertes, e incluso los desechos biodegradables.

Este refrán podría aplicar también en cuanto al trabajo desempeñado por los cerrajeros, que a pesar de contar con materiales nuevos y poder incorporar materiales diferentes y más resistentes, últimamente han optado por restaurar algunos tipos de cerraduras tan clásicos que no se consiguen las piezas para su reparación o mantenimiento.

Del mismo pasa con los libros. Podríamos asumir que los libros que dejamos de leer van a alguna biblioteca, o se guardan en algún almacén; pero la realidad es que nunca sabemos dónde van a parar estas publicaciones que dejan nuestras manos.

¿Cómo tratas a tus textos?

En muchas ocasiones, las personas que son ávidas de la lectura pueden llegar a leer hasta 10 libros durante un mes. Es bastante, si se toma en cuenta que el promedio de páginas de un libro supera las 500; y asumiendo que por cada página existan unas 700 palabras, estaríamos hablando de unas 350000 palabras que se meten en nuestra mente.

A veces, por la forma en que tratamos a nuestros libros, pueden llegar a deteriorarse tanto que las letras comienzan a borrarse, que el lomo y cubiertas se comiencen a despegar, o que las hojas comiencen a salirse. Cuando vemos que esto ocurre, dejamos a estos libros de lado y los ignoramos. ¿Por qué? Porque a muchos no nos gustan leer libros que se encuentren deteriorados, resulta algo tedioso tener que pasar páginas con cuidado porque están deterioradas por el pasar del tiempo.

¿Qué es lo ocurre entonces cuando desechamos esos libros que ya no nos son útiles?

Pues, suceden varias cosas. En muchas ocasiones, estos van a parar a los tiraderos de basura donde son clasificados, y una vez que son separados del resto de desperdicios como metales, desechos orgánicos, son pasados por un proceso de reciclaje en donde convierten el papel nuevamente en pulpa con la finalidad de extraer la tinta, para poder ser procesado posteriormente y convertido en nuevas láminas de papel que podrían ser usados para nuevas publicaciones.

De cierto modo, todos los libros que hemos tenido, tenemos, y tendremos en el futuro, llevan consigo vestigios de lo que alguna vez fueron en otra vida. De hecho, si pudiéramos mirar a un libro bajo el microscopio podríamos llevar a ver rastros del proceso de reciclaje, así como partículas mínimas de la tinta que alguna vez formó parte de sus fibras en una publicación del pasado.